Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo se casaron el paso día en una boda de ensueño, llena de romanticismo y lujo, donde la preciosa Andrea parecía una reina de las nieves en los Alpes Suizos, con la tiara de brillantes que lucio durante toda la ceremonia religiosa, que le había prestado Carolina de Mónaco.
Los príncipes de Asturias dejan de lado sus obligaciones monárquicas y disfrutan de una tarde romántica por la ciudad, de cena, teatro y pizzas con sus hijas.